Ingeniero de software, amante de las historias y la comida.

Tiene una lamparita

Tiene una lamparita

Corría el verano de 2008, YouTube (y miles de sitios más) aún dependían de flash player, la cultura del internet apenas se estaba ajustando al milenio, la comunicación segura era inexistente o al menos no se había democratizado y lo más importante, iPhones y Androids estaban en pañales, nadie sabía el impacto que esos aparatos iban a causar en nuestras vidas y blackberry aún era el rey de los dispositivos portátiles inteligentes.

Han pasado 87 15 años desde ese verano, recuerdo que la individualidad reinaba y los teléfonos celulares convencionales (de esos con snake, ¡tonos polifónicos! y pantallas monocromáticas) se codeaban con rectángulos de silicio y cristal, lo recuerdo bien porque sentía estar siendo alcanzado por el futuro en una carrera en la que inevitablemente perdería, pero sobre todo porque fue el verano en el cuál compré mi último dumb phone.

Los zoomers no sabrán de qué hablo, pero hubo un tiempo donde los mensajes de texto tenían límite de caracteres y costaba unos centavos enviarlos, los emojis no existían1 :( y el precio de los smartphones más básicos era un dineral para muchos, para ese entonces ya había tenido varios teléfonos y mi lealtad estaba puesta en una sola compañía móvil, eso fue lo que me llevó a adquirir el Nokia 1208:

Nokia 1208

Un diseño juvenil, pantalla a color, sin cámara, muchos más botones de los que cualquier celular de ahora se atrevería a tener y una batería que podía resistir días con una sola carga. En su momento me era suficiente, los smartphones eran un sueño que parecía muy lejano, así que las características de este teléfono inspiraron un post en mi difunto blog de esos tiempos, pero esto es lo que destaca de aquel artículo:

Extracto de mi teléfono en 2008

No necesitaba procesadores de 16+ núcleos, pantallas de alta definición conmigo y mucho menos estar 24/7 atento al caos que es ahora el internet y las redes sociales.

Me cuesta creer ahora la existencia de cosas como el roaming o la larga distancia y lo común que era decir “Ahorita te marco, es que ya van varios minutos y me van a cobrar”, tenía que adaptarme a los 160 caracteres por sms, o en su defecto, mandar múltiples mensajes para poder expresar una sola idea y si las cosas salían mal; vivir con la culpa de haber fallado estrepitosamente usando letras con acento y así gastar el valioso saldo que era mejor conservar para emergencias.

También había algo mucho más importante, elegir sabiamente a mis contactos frecuentes, pues sólo unos cuántos eran parte del selecto círculo de llamadas y mensajes ilimitados gratis.

No sé si dentro de 15 años nos van a preocupar los puntos de venta de los teléfonos de ahora, lo que tengo claro es que por ahora agradezco tener todo el tiempo conmigo, una herramienta que entre toda su infinidad de capacidades, puede iluminar los rincones obscuros y aunque ahora podría ser redundante, no debemos olvidar cuando podíamos presumir con orgullo ¡Tiene una lamparita!

  1. Los Emojis SI existían, nacieron en Japón en 1999 pero no fueron aceptados como parte de la especificación de unicode hasta 2010

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